En medio de rezagos de olores a gas lacrimógeno, potadas de periódicos con titulares apocalípticos sobre “súper-híper-inflación” y gente de miradas perdidas flotando, parada en las esquinas contando aquellas monedas llamadas “intis”, caminaba por la Av. La Colmena, después de un día trajinado, escapando de la policía fiscal por vender copias en “cassettes” de mi música favorita en ese entonces. De repente sentí un escalofrío de emoción, mis ojos no sabían por donde mirar; el suelo frente al cine “Colmena”, un mar de libros sobre arte, cómics y muñecos de superhéroes algo maltrechos pero dignos estaban a mi espera.
Sabía que no podía comprar alguno, pues las ganancias de la venta del día, mañana tendrían la mitad de su valor, y no me alcanzaría para comprar los cassettes y grabar nueva “merca”. Caballero no mas, a hojear y hacerse el loco ante la insistencia del vendedor que decía;” A solo 15 intis amigo, llévatelo, ta casi nuevo” o “¡Apura flaquito que vienen los municipales!”.
“La Proporción Divina”, decía el libro, titulo en medio de imágenes trazadas con formas geométricas o líneas que marcaban sectores en color rojo de un cuadro de Picasso. “5 moneditas chochera, aprovecha” me decía el pata, mientras mi mano empezaba a rebuscar entre sus hojas sobre el significado de ese tema; si Picasso lo empleaba debería ser la clave o el santo Grial para ser un buen ilustrador. Mi curiosidad pudo mas, ¡al diablo los cassettes!, entonces de mi mochila saque los 5 Intis, con la cara de Tupac Amaru triste, y corrimos perseguidos por los municipales, yo con mi libro y el vendedor con su ruma de mercadería en un costal improvisado junto a mi ganancia del día.
Ya en mi casa sudado y con olor a “gasolina”, me tire en la cama como acostumbraba, con las manos estiradas hacia el techo, abrí la joyita en busca de la verdad. En resumen el libro decía que todo en la naturaleza esta compuesta por una relación matemática, un numero que se repetía. Como yo lo entendí por ejemplo, si tenemos una hoja de papel lo dividimos en tres, y sobre esa líneas dibujamos un horizonte, y hacemos que la zona de mar, abarque las dos primeras divisiones y la ultima que sea la del cielo, o al revés, se vería mucho mas agradable a la vista. Lógicamente como mencione hay una formula matemática que había que hacer para lograr esta proporción, pero prefiero verlo de una manera mas fácil a mi vista y ella me dacia que había esa relación. Lo probé y me gusto, me ocupe semanas hojeando y rejoneado este libro, hasta que un día se me ocurrió prestarlo para que nunca volviera a mis manos. ¡Grave error!
Prometo en artículos posteriores hablar más sobre la proporción divina y la regla de los tercios…y si por ahí amigo mío tienes el libro que te preste, mándame fotos para saber que esta bien.
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